lunes, 19 de enero de 2015

La violencia en América Latina: Distintas maneras de resolverla - casos antagónicos

América Latina sufre actualmente de lo que algunas instituciones han llamado, una violencia epidémica. Países como Brasil, Venezuela, Colombia y el Salvador tienen actualmente altos índices de homicidios, vinculados en ocasiones al negocio ilícito de las drogas, otras veces a las mafias y otros tantos a otros tipos de delitos.


Pareciera ser una característica regional, vinculada al negocio de las drogas; pues la mayor cantidad de víctimas de homicidios ocurren en los países más cercanos al caribe, y que casualmente se encuentran en las rutas utilizadas por las mafias de la droga. Este factor, sumado a gobiernos con débiles políticas de Seguridad Ciudadana y problemas administrativos, han permitido que irremediablemente, la violencia se ocupe de espacios públicos y de las mismas instituciones del Estado.

Esta violencia no está siempre vinculada a organizaciones delictivas, pues en muchos casos, los homicidios son ejecutados por individuos sin más motivos que la venganza personal (crímenes pasionales, deudas personales, riñas vecinales, etc).

La violencia en la mayoría de los casos tiene dos posibles orígenes: los casos que ocurren como consecuencia de los actos de las bandas delictivas organizadas (vinculadas a las drogas o no), y los casos que ocurren como consecuencia de los conflictos no supervisados por las instituciones del Estado.

Ante tal problema, dos países han ejecutado políticas públicas muy distintas una de la otra. En Venezuela el Estado ha promovido políticas de inclusión social, promoviendo la educación en todos los niveles, asegurando la alimentación adecuada, y estimulando la economía para garantizar el empleo y por supuesto el bienestar económico; esto bajo la suposición que el mejoramiento de los índices de calidad de vida influirían directamente en la convivencia ciudadana. Sin embargo esto no ha alterado el patrón de homicidios que en el año 2013 (última cifra oficial disponible), cerró en 39 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Las cifras oficiales y extraoficiales de homicidios son alarmantes


Por otro lado se encuentra Brasil, quienes han militarizado las "favelas" (barrios pobres con infraestructura inadecuada) y han enfrentado a los grupos delictivos con la violencia legitima concedida por las leyes y la ciudadanía. Tampoco ha funcionado tal política aunque en principio pareció ser muy efectiva; porque ha trasladado el punto geográfico del delito, a la periferia de este mismo, ahora la violencia no solo se ve en las populares favelas, sino que ha penetrado zonas geográficas que antes no habían incursionado.

Sin embargo, no se debe pensar que no existe solución al problema; Colombia ha aplicado en los últimos 15 años políticas para disminuir la violencia homicida que han tenido un éxito notable, y han ocurrido bajo una delicada mezcla de prevención y contención; es decir, se promovió la educación, el empleo, la garantía alimentaria y los valores ciudadanos, mientras se reforzó a la policía y al ejercito para luchar tanto con los criminales que azotaban los vecindarios pobres de Colombia, como contra los narcotraficantes que trasladaban dinero y armas de un lugar a otro.

La tendencia de la tasa de homicidios en Colombia apunta a la disminución de este.

América Latina se encuentra aún lejos de la solución definitiva, se deben atender en conjunto distintas clases de problemas que fomentan la violencia. Es indiscutible que la educación, el empleo y el tiempo de ocio son factores que inciden directamente en el comportamiento social; pero también es necesaria la presencia del "Estado fuerte" que imponga autoridad e imparta justicia.

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